¿Su inspiración? Las mujeres parisinas y su tan característico je ne sais quoi. Así, y bajo el lema “La belleza es un juego”, Bourjois se ha ido consagrando en torno a looks beauty que juegan con el color en labios, ojos, rostro y uñas.
Sus fórmulas ligeras y sencillas se adaptan y difuminan muy fácilmente, permitiendo que cada mujer encuentre su propio estilo y resalte sus virtudes para convertirse en la mujer que siempre ha querido ser. No obstante, su historia comenzó en 1863 por el cosmetólogo Joseph-Albert Ponsin. En un primer instante, Bourjois lanzó sticks de maquillajes con nombres atrevidos como Jealousy para el mundo del teatro. Sin embargo, ese mismo año desarrollaron la fórmula que dio lugar al primer Pastel de Bourjois, uno de los grandes iconos de la marca y en 1879, la línea se extendió de los escenarios al gran público debido a la fama entre los actores y actrices del momento.
La historia de esta gran marca de belleza siguió sumando hitos. En 1924, el perfumista Ernest Beaux lanzó el primer perfume de la casa, Mon Paris; y en 1928, Soir de Paris. En EEUU, cambiaron el nombre del segundo por Evening in Paris y fue un auténtico éxito.
Ya en 1950, Bourjois encuentra un segmento de público interesante: la gente joven; y empieza a interesarse en sus necesidades: máscaras resistentes al agua, barras de labios rojas… Hasta hoy. Actualmente, Bourjois es una marca de cosmética que está disponible en 78 países y que dispone de más de 25.000 tiendas. Se ha convertido en un imprescindible para aquellas personas que buscan un maquillaje inteligente, manejable y con un toque parisino irresistible.
