No hace falta correr una maratón para sentir dolor en las rodillas. A veces, basta con subir escaleras, pasar muchas horas de pie o, sencillamente, caminar mal calzada (sí, ese zapato precioso pero cero ergonómico). El caso es que cuando las rodillas duelen, el cuerpo entero lo nota. Y no solo se trata de una molestia puntual: puede afectar a tu movilidad, tu rutina diaria e incluso a tu estado de ánimo.
Pero tranquila, no todo está perdido (ni roto). Lo importante es saber por qué aparece ese dolor, cómo prevenirlo y, sobre todo, qué puedes hacer desde ya para empezar a sentirte mejor. Te contamos a qué se debe en este artículo de Primor y cómo podemos ayudarte.
¿Por qué duelen las rodillas? Las causas más comunes
El dolor de rodillas puede tener múltiples orígenes, y aunque no hace falta ser médica para entenderlo, sí conviene prestar atención. Estas son algunas de las causas más frecuentes:
- Sobrecarga muscular o articular. Subir muchas escaleras, caminar con calzado inadecuado o hacer ejercicio sin técnica puede generar un esfuerzo excesivo en la articulación.
- Lesiones previas. Si tuviste un esguince, rotura de ligamentos o incluso una contusión, puede que el dolor reaparezca tiempo después si no se ha tratado bien.
- Artritis o desgaste articular (artrosis). Más habitual a partir de los 50, aunque también puede aparecer antes si hay antecedentes o mucho impacto articular acumulado.
- Desequilibrio postural. Si caminas mal, cargas más una pierna que la otra o incluso si llevas bolsos muy pesados siempre del mismo lado, tus rodillas lo notan.
- Sobrepeso. Las rodillas cargan gran parte del peso corporal, y si hay un exceso constante, el cartílago sufre.
Qué puedes hacer para aliviar y prevenir el dolor de rodillas
Buena noticia: no hace falta vivir en el gimnasio ni tomar antiinflamatorios como caramelos. Con algunos cambios de hábitos y productos clave, puedes mejorar mucho. Aquí van algunos trucos infalibles para mimar tus rodillas (y evitar que se quejen).
1/ Fortalece sin forzar: ejercicio consciente
No se trata de dejar de moverte, sino de moverte mejor. Elige ejercicios de bajo impacto como caminar, nadar o hacer yoga. Y si vas al gym, no olvides fortalecer cuádriceps y glúteos, porque son los músculos que sostienen la articulación de la rodilla.
Puedes añadir un masaje postejercicio con crema efecto frío como la Gel Frío Piernas Cansadas de Babaria, que alivia la zona y mejora la circulación.
2/ Mima tus rodillas con cosmética específica
Sí, has leído bien. Igual que hidratas tu rostro, tus rodillas también merecen atención. Usa cremas con efecto calmante y propiedades antiinflamatorias, como la PASMEDIC Crema de Masaje Super Cold. Ideal para aplicar tras un día largo o después de ejercicio.
Y si además tienes la piel seca, no olvides exfoliar y nutrir con productos ricos en urea, como el Good Foot XXL de Delia, que suaviza, hidrata y aporta confort.
3/ Cuida tu postura (y tu calzado)
Di no a los tacones altos todos los días. Di sí a las plantillas con buena amortiguación. Y, sobre todo, presta atención a cómo caminas. A veces, basta con cambiar de zapato o ajustar tu pisada para que el dolor de rodillas desaparezca como por arte de magia.
4/ Aplica calor o frío según el momento
El frío ayuda a reducir la inflamación, y el calor mejora la movilidad. Puedes alternarlos según tu caso. Usa una bolsa térmica o un gel específico como los de Thermacare, y dedícate cinco minutos al día a ese gesto de autocuidado.
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