¿Su historia? Toda una leyenda de lujo. La Prairie nació en 1931 con el objetivo de combinar ciencia, vitalidad y rejuvenecimiento bajo el mandato del Dr. Paul Niehans, quien estaba convencido que la terapia celular era la clave para hallar la eterna juventud. Dicha teoría reunió a muchos fans, quienes quisieron disfrutar de este exclusivo avance que combinaba ciencia y lujo. ¿Algunos de ellos? Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Greta Garbo, Pablo Picasso, el Emperador Hirohito de Japón y la Familia Real Británica, entre muchos otros.
La investigación dió resultado tras 20 años de insistencia y desarrollo, y enseguida abrieron la Clínica La Prairie en los Alpes Suizos, localización que pasó a ser el santuario del rejuvenecimiento, y eso fue lo que lo llevó, en 1978, a patentar el complejo celular que es hoy el sello La Prairie.
La base de todos los productos comercializados por la firma, cuya fórmula es el secreto mejor guardado de la compañía y está en constante evolución desde entonces. Su fórmula devuelve a la vida a las células originarias de la belleza, y para mantener su misterio, los productos se elaboran en tres laboratorios diferentes. Es decir que, ningún técnico ni químico conoce la fórmula.
A día de hoy, los cosméticos y productos de maquillaje de lujo son toda una llave a la fuente de la juventud.
