La exfoliación corporal es uno de esos gestos de cuidado que, cuando lo pruebas, ya no puedes dejar de hacer. La piel se siente más suave, luminosa y receptiva a los productos hidratantes después de pasar por este proceso. Sin embargo, una de las preguntas más frecuentes es: ¿cada cuánto debo exfoliarme el cuerpo? La respuesta no es única, porque depende del tipo de piel, de los productos que utilices y de los objetivos que quieras conseguir.
A diferencia de la exfoliación facial, la piel del cuerpo suele ser más gruesa y resistente, lo que permite aplicar tratamientos un poco más intensos. Aun así, excederse puede traer consecuencias: irritación, sequedad o incluso alteraciones en la barrera cutánea. Por eso, es clave encontrar un equilibrio y adaptar la frecuencia a las necesidades reales de tu piel.
En este artículo de Primor vamos a repasar consejos prácticos y recomendaciones de nuestros expertos para que sepas exactamente cada cuánto tiempo debes exfoliarte el cuerpo, qué método elegir y cómo hacerlo de manera correcta para que tu piel se vea bonita y saludable.
Por qué exfoliar el cuerpo
La exfoliación corporal ayuda a eliminar células muertas, estimula la renovación celular y previene la obstrucción de los poros. Además, mejora la circulación sanguínea, deja la piel más receptiva a los tratamientos hidratantes y favorece un bronceado más uniforme. “Cuando eliminamos las células muertas de la superficie de la piel, no solo conseguimos un aspecto más luminoso, también favorecemos la penetración de los activos de nuestras cremas y aceites corporales”, explican nuestros expertos.
Frecuencia según el tipo de piel
- Piel normal: lo ideal es exfoliarse una vez a la semana. Es suficiente para mantener la piel suave y libre de impurezas.
- Piel seca: con una exfoliación cada 10-15 días suele bastar. Lo importante es utilizar exfoliantes suaves, preferiblemente con ingredientes hidratantes como aceites naturales.
- Piel grasa: puede tolerar 1 o 2 veces por semana, siempre con fórmulas que ayuden a controlar la producción de sebo sin resecar.
- Piel sensible: lo mejor es exfoliarse cada 2 o 3 semanas, optando por exfoliantes enzimáticos o fórmulas muy delicadas para evitar irritaciones.
Ahora bien, “la clave no es solo la frecuencia, sino el tipo de exfoliante que uses. Una piel sensible puede reaccionar mal a un exfoliante mecánico, mientras que una piel grasa puede necesitarlo para mantener los poros limpios”.
Tipos de exfoliación corporal
- Exfoliación mecánica: utiliza partículas físicas (azúcar, sal, café o microgránulos) que arrastran las células muertas. Son eficaces, pero conviene no abusar para no dañar la piel.
- Exfoliación química: a base de ácidos como el láctico o glicólico. Ayuda a renovar la piel de manera más uniforme y suele estar indicada para pieles con tendencia a sequedad o asperezas.
- Exfoliación enzimática: muy suave y apta para pieles sensibles. Utiliza enzimas de frutas como la papaya o la piña para disolver células muertas sin fricción.
Consejos para una exfoliación eficaz
- Aplica el exfoliante con la piel húmeda y realiza movimientos circulares suaves.
- No olvides zonas como codos, rodillas y talones, donde la piel suele engrosarse más.
- Tras la exfoliación, hidrata siempre con una crema o aceite corporal nutritivo.
- Evita exfoliarte justo después de depilarte o si tienes heridas abiertas.
Nuestros expertos recuerdan que “el mejor momento para exfoliarse es bajo la ducha, con agua templada, y siempre sellando después con un buen hidratante para que la piel no pierda agua”.
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