Hay dos tipos de personas en esta vida: las que aplican colorete sin pensarlo demasiado y las que se quedan frente al espejo preguntándose si ese tono es el adecuado o si parecen un payaso profesional. Si perteneces al segundo grupo, tranquila, estás en el lugar correcto. En este artículo de Primor te contamos cómo elegir el colorete que mejor sienta a tu piel.
Cómo elegir el colorete que mejor sienta a tu piel
El colorete es el gran subestimado del maquillaje. Un buen blush puede transformar el rostro, dar ese efecto de “dormí ocho horas y bebo dos litros de agua al día” y hasta hacer que tus selfies se vean más frescas. Pero, para que funcione, hay que saber elegir el tono adecuado.
¿Regla de oro? El rubor debe imitar el color natural de tus mejillas cuando te sonrojas de forma natural. Y para eso, hay que conocer bien el subtono de tu piel. ¿Lista para encontrar tu blush ideal?
Paso 1: Identifica el subtono de tu piel
Porque sí, no todas las pieles son iguales, y lo que le queda de ensueño a tu amiga puede hacer que tú parezcas recién salida de un mal bronceado.
- Subtono frío: Tu piel tiende a ser más rosada, azulada o con matices lilas.
- Subtono cálido: Tu piel tiene toques dorados, melocotón o amarillos.
- Subtono neutro: Un equilibrio entre ambos (suerte la tuya, todo te queda bien).
Truco para saber tu subtono: Mira las venas de tu muñeca. Si son azuladas, eres fría. Si son más verdes, eres cálida. Si tienes un mix, eres neutra.
Paso 2: Encuentra tu tono de colorete perfecto
Ahora que sabes tu subtono, toca elegir el rubor ideal para potenciarlo.
Piel clara
- Subtono frío: Rosas suaves, malvas y lilas.
- Subtono cálido: Melocotón claro y tonos durazno.
- Subtono neutro: Nude rosado o rosa empolvado.
Piel media
- Subtono frío: Rosas fríos y bayas suaves.
- Subtono cálido: Corales y melocotón intenso.
- Subtono neutro: Rosas neutros y tonos bronceados.
Piel oscura
- Subtono frío: Fucsias y tonos vino.
- Subtono cálido: Naranjas intensos y terracotas.
- Subtono neutro: Ciruelas y cobrizos.
Paso 3: Elige la textura adecuada
Porque sí, el tono importa, pero el acabado también hace la diferencia.
- Piel seca: Blushes en crema o líquidos. Se funden mejor y dan un acabado jugoso.
- Piel grasa: Coloretes en polvo con acabado mate o satinado.
- Piel mixta: Ambos funcionan, pero los híbridos en gel o mousse pueden ser la mejor opción.
Conclusión: El colorete perfecto existe (y ahora sabes cuál es el tuyo)
El colorete no es solo un paso más en tu rutina de maquillaje. Es el toque final que da vida al rostro. Así que, ahora que ya conoces tu tono y textura ideal, es hora de aplicarlo con confianza y presumir de ese glow saludable.

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