En los últimos años, la innovación cosmética ha ido mucho más allá de las cremas, sérums y brumas faciales. Una de las tendencias más comentadas en el mundo de la dermocosmética es el protector solar oral, un complemento alimenticio en cápsulas o comprimidos que promete reforzar la defensa de la piel frente a los daños de la radiación ultravioleta desde el interior.
Aunque pueda sonar como ciencia ficción, lo cierto es que estos productos existen, y cada vez más dermatólogos y farmacéuticos los recomiendan como un extra de protección, especialmente en casos de pieles sensibles, personas con tendencia a manchas, alergias solares o incluso en situaciones de exposición solar intensa.
Pero, ¿qué es exactamente este tipo de protector solar?, ¿cómo funciona en nuestro organismo?, y, lo más importante, ¿puede sustituir a la clásica crema con SPF? En este artículo de Primor te contamos todo lo que necesitas saber sobre ellos: su funcionamiento, sus beneficios y también sus limitaciones. Y, como siempre, con el aval de nuestros expertos.
Qué es el protector solar oral
El protector solar oral no es una crema ni un spray, sino un suplemento nutricional que contiene antioxidantes y compuestos bioactivos (como polifenoles, carotenoides, vitamina C, vitamina E o extractos vegetales como el de helecho Polypodium leucotomos). Su función principal es reforzar la resistencia de la piel frente al daño oxidativo que provocan los rayos UVA, UVB y la luz azul.
“Estos suplementos actúan como un escudo interno, ayudando a neutralizar los radicales libres que generan los rayos solares y reduciendo la inflamación y el envejecimiento prematuro de la piel”, explican nuestros expertos. No obstante, se trata de un complemento, no de un sustituto: por mucho que los tomes, sigues necesitando tu crema con SPF.
Cómo funciona en el organismo
Al ingerirlos, los activos antioxidantes pasan al torrente sanguíneo y llegan a la piel a través de la microcirculación. De esta manera, ejercen una defensa interna que ayuda a reducir la sensibilidad de la piel frente al sol y a minimizar los daños que no siempre conseguimos evitar con el protector solar tópico.
Como detallan nuestros expertos, “el protector solar oral contribuye a aumentar el umbral de tolerancia al sol, es decir, retrasa el tiempo en el que la piel empieza a dañarse. Sin embargo, no bloquea los rayos solares como lo hace una crema de protección”.
Por eso, suele recomendarse especialmente en personas con fototipos muy claros, en tratamientos despigmentantes o en aquellos casos en los que existe un riesgo mayor de daño solar.
Ventajas del protector solar oral
“El gran beneficio del protector solar oral es que protege aquellas áreas donde no siempre aplicamos crema y aporta una defensa homogénea a toda la piel”. Además,...
- Refuerza la protección tópica: trabaja desde dentro, sumándose al efecto del SPF externo.
- Previene manchas y envejecimiento: gracias a los antioxidantes, protege frente al fotoenvejecimiento y la hiperpigmentación.
- Ideal para pieles sensibles: útil en casos de alergia solar o piel reactiva.
- Cómodo y práctico: una cápsula diaria evita olvidos en zonas que muchas veces no protegemos con crema (cuero cabelludo, labios, orejas…).
Contras del protector solar oral
- No sustituye al SPF tópico: este es su mayor límite. Aunque refuerce, nunca reemplaza la protección de una crema solar.
- Necesita constancia: para que sea eficaz, hay que tomarlo de forma continuada, incluso en días nublados.
- Efecto progresivo: los resultados no son inmediatos; requiere varios días de ingesta para alcanzar su máximo beneficio.
- No es apto para todos: algunas fórmulas pueden no estar recomendadas en embarazadas, lactantes o personas con determinadas patologías.
Nuestros expertos advierten: “El mayor error es pensar que con el protector solar oral ya no necesitamos reaplicar la crema cada dos horas. Eso es un mito peligroso”.
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