El protector solar con glow se ha convertido en una de las fórmulas más buscadas del verano. Aporta protección solar con acabado luminoso, dejando la piel con un brillo sutil similar al de un iluminador, y se presenta como una opción ideal para quienes quieren una piel protegida pero con aspecto radiante.
Pero no todo lo que brilla es recomendable para todos los tipos de piel. En este artículo de Primor te explicamos qué es realmente este tipo de protector solar, cómo funciona y en qué casos conviene evitarlo.
Qué es un protector solar con glow
Se trata de un fotoprotector facial (o corporal) que combina filtros solares con pigmentos reflectantes o partículas que aportan luminosidad. El efecto que dejan sobre la piel es un acabado radiante, brillante o satinado. Algunos incluso contienen microdestellos visibles, similares a los de ciertos iluminadores líquidos.
Suelen tener una textura ligera, fundente y pensada para dejar una piel con aspecto jugoso. No tienen color como una base de maquillaje, pero sí modifican el acabado natural de la piel.
Por qué se ha vuelto tan popular
La tendencia actual apuesta por rostros frescos, naturales y con efecto glow. Muchas personas buscan productos híbridos: que hidraten, protejan y embellezcan al mismo tiempo. Este tipo de solar responde justo a esa necesidad.
Además, es un producto cómodo de aplicar y que puede reemplazar el maquillaje en climas calurosos o en la playa. También gusta a quienes evitan los solares con acabado blanco o pesado.
Ventajas de este tipo de producto
- Aporta protección frente a los rayos UVA y UVB
- Deja la piel luminosa, sin necesidad de maquillaje
- Puede combinarse con otros productos sin alterar la textura
- Suelen ser no comedogénicos, aunque no todos lo son
- Es ideal para pieles apagadas o secas que buscan efecto buena cara inmediato
Pero aunque tiene puntos a favor, también tiene limitaciones importantes según el tipo de piel y el uso que se le dé.
Motivos para no usarlo (o hacerlo con precaución)
No es apto para pieles grasas o con tendencia acneica
El acabado glow potencia los brillos, lo que puede resultar incómodo o contraproducente en pieles que ya generan sebo de forma natural. Además, algunos contienen aceites o siliconas que no ayudan si hay brotes activos.
Puede acentuar poros o textura
Si tienes textura irregular, marcas o poros dilatados, el brillo puede resaltarlos más. En este caso, un protector solar de acabado mate o satinado es la mejor opción.
Algunos no ofrecen la misma duración que un solar clásico
Si la fórmula es muy ligera y no resistente al agua, puede que no aguante tanto en condiciones extremas (sudor, playa, piscina).
Puede interferir con el maquillaje
Algunos no se llevan bien con bases o correctores encima. El resultado puede ser demasiado brillante o incluso generar desplazamiento de los productos.
El glow no es protección
Hay quienes asumen que al ver la piel "con producto" ya está protegida. Pero el efecto visual no garantiza una aplicación correcta ni la reaplicación cada 2 horas.
Qué alternativas existen
Si te gusta el acabado luminoso pero no quieres arriesgarte a usar este tipo de solar, puedes optar por un protector solar tradicional con acabado invisible o satinado, y aplicar después un iluminador en crema o una bruma con glow. Así controlas mejor el brillo, la cobertura y el tipo de producto según tu piel. Tal y como acuñan desde Primor, “el brillo puede ser bonito, pero no debe comprometer la eficacia ni la comodidad del protector solar. Elige siempre según tu tipo de piel.”
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