Hay un tipo de brillo que no tiene nada que ver con la purpurina. Es ese que aparece cuando has dormido bien, cuando te ríes con ganas, cuando te cuidas sin presiones. Lo llaman glow, y aunque parezca cosa del iluminador… en realidad nace mucho más adentro.
Pero seamos claras: el verano tiene algo que lo potencia. El sol en la piel, el descanso, la fruta fresca, la ropa ligera. Todo se alinea para que florezca esa versión de ti luminosa, suave, vital. Solo necesitas un pequeño empujón. Y eso es justo lo que vamos a hacer hoy.
En este artículo de Primor tienes todo lo que necesitas para conseguir tu glow veraniego. Porque brillar no es cuestión de suerte. Es un gesto de amor diario.
Cómo conseguir tu glow veraniego
1/ Hidratación: la base de todo (literal)
Ningún glow es real si la piel está deshidratada. Y en verano, entre el sol, el cloro y el aire acondicionado, lo que más se pierde es agua. Así que lo primero que necesitas es devolverle a tu piel lo que tanto te da.
Tu combo ganador:
- Sérum con ácido hialurónico: ligero, profundo, efectivo.
- Crema hidratante con textura gel: fresquita, rápida, perfecta para el calor.
- Brumas faciales para reaplicar durante el día (¡sí, incluso encima del maquillaje!).
Y recuerda: beber agua también cuenta. La belleza también se bebe.
2/ Protección solar: tu aliada más fiel
No hay glow sin protección. Y no, no solo porque evita manchas, arrugas y quemaduras. También porque una piel protegida es una piel equilibrada, que se repara mejor y se siente más cómoda. Y eso… se nota.
Elige un SPF de amplio espectro, con acabado luminoso o toque seco, según tu tipo de piel. ¿Un truco? Usa protectores con color: unifican el tono, dan efecto buena cara y protegen al mismo tiempo. Todo en uno, como debe ser.
3/ Iluminador (pero del que se funde con tu piel)
El iluminador no debería parecer maquillaje. Debería parecer alegría. Un reflejo suave en el pómulo, una luz sutil en la nariz o el lagrimal, ese "no sé qué" que atrapa la mirada sin gritarlo.
Busca fórmulas líquidas o en crema, que se funden con el calor de tus dedos. Elige tonos champán, dorado suave o rosado, según tu subtono. Aplícalo después del protector solar o mezcla una gotita con tu base ligera. Verás.
4/ Alimentación: lo que comes también brilla
El verdadero glow empieza en el plato. Frutas ricas en agua, verduras frescas, grasas saludables como el aguacate o las nueces… Todo eso nutre tu piel desde dentro. Los antioxidantes que encuentras en las cerezas, el tomate o el mango son pura luz natural.
Un ritual beauty desde la cocina: zumo de zanahoria con naranja por la mañana, ensalada de espinacas con frutos rojos a mediodía, y algo de omega 3 (como salmón o semillas de chía) al final del día. Tu piel lo va a celebrar.
5/ Movimiento suave y descanso real
Sí, el ejercicio también da glow. Porque activa la circulación, oxigena la piel y libera endorfinas. Pero no necesitas matarte en el gimnasio. Basta con caminar más, estirarte, bailar en casa. Y sobre todo: descansar.
Dormir bien es el mejor filtro de belleza. Es cuando tu piel se regenera, tus niveles hormonales se equilibran y tu energía se renueva. No es magia. Es autocuidado invisible.
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