El verano está a la vuelta de la esquina. Lo notas en la luz que dura más, en las ganas de llevar vestidos ligeros, en esa ilusión de planes improvisados al sol. Pero también lo notas dentro: el cuerpo empieza a pedir cosas distintas. Más agua. Más frescura. Más ligereza.
Y no, esto no va de castigos ni de dietas estrictas. En este artículo de Primor te traemos un detox que no es para adelgazar. Es para soltar. Para limpiar. Uno que puedes hacer sin dejar de vivir, sin dejar de disfrutar, sin renunciar al helado con tus amigas. Porque el autocuidado también se practica con suavidad.
Cómo hacer un detox suave en verano
1/ Empieza por el agua (sí, pero de verdad)
Beber agua es el básico de los básicos. Pero a veces lo olvidamos. O lo dejamos para después. El agua hidrata, sí, pero también ayuda a eliminar toxinas, regula la digestión y mantiene tu piel fresca y luminosa.
Hazlo fácil: añade rodajas de pepino, limón o menta para darle sabor. O prepara una jarra de infusión fría con hibisco o té verde. Llénala por la mañana y colócala a la vista. Te prometo que tu piel (y tu energía) lo va a notar.
2/ Di hola a los alimentos que te hacen bien
Un detox real no significa dejar de comer. Significa elegir mejor. Apostar por alimentos que nutran, que no inflamen, que te den energía sin robarte la alegría. No es dejar el pan. Es elegir pan bueno. No es contar calorías. Es contar cómo te sientes.
Tus aliados: frutas de temporada (sandía, cerezas, melocotón), verduras frescas, legumbres, semillas y grasas saludables como el aguacate o el aceite de oliva virgen. Platos sencillos, coloridos y sin complicaciones.
3/ Muévete con amor (no con exigencia)
El movimiento es parte del detox. Pero no para quemar nada. Sino para fluir, para soltar lo que se queda estancado. Una caminata larga. Bailar en el salón. Estirarte con una rutina suave de yoga al despertar. Lo que sea, pero que te haga sentir bien.
Hazlo tuyo: no necesitas gimnasio ni reloj deportivo. Solo escucha tu cuerpo y muévelo como le apetezca. Aunque solo sean diez minutos al día. El cuerpo lo agradece. Y la mente, más.
4/ Regula tu descanso como si fuera oro (porque lo es)
Dormir bien también es detox. Mientras duermes, tu cuerpo se regenera, tu sistema linfático se activa, tu mente se reinicia. Dormir poco o mal interfiere en cómo te sientes, en tu digestión, en tu piel en todo.
Ritual para dormir bonito: apaga pantallas al menos media hora antes, enciende una vela suave (lavanda o vainilla funcionan de maravilla), bebe una infusión relajante y respira. Baja el ritmo. Mereces descanso de calidad.
5/ Detox emocional: suelta lo que pesa
No hay detox completo si no revisamos lo que llevamos dentro. Este verano, además de limpiar tu cuerpo, limpia tu espacio emocional. Cierra ciclos, perdona (aunque sea a ti), suelta lo que no suma. Elimina el debería y haz más de lo que te hace bien.
¿Un gesto bonito? Escribe una lista con lo que te gustaría dejar atrás antes del verano. Y otra con lo que quieres invitar a entrar. Ponla donde la veas. Porque limpiar también es elegir.
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