El colágeno es una de esas palabras que se repiten constantemente en el mundo de la belleza y la cosmética. Lo encontramos en cremas y sérums, en suplementos e incluso en mascarillas faciales. Sin embargo, hay un tipo de colágeno que cada vez tiene más presencia en la conversación: el colágeno marino. Este activo, que se extrae principalmente de la piel y escamas de los peces, se ha convertido en un ingrediente estrella gracias a su alta biodisponibilidad y a su capacidad de mejorar la salud de la piel, el cabello, las uñas y hasta las articulaciones.
A medida que cumplimos años, nuestros niveles de colágeno natural disminuyen. De hecho, se calcula que a partir de los 25 años empezamos a perder alrededor de un 1,5 % cada año. Esto se traduce en pérdida de firmeza, arrugas más marcadas, flacidez y una piel menos luminosa. Aquí es donde entra el colágeno marino con una estructura molecular más pequeña que otros tipos de colágeno, el cuerpo lo absorbe y utiliza con mayor facilidad, potenciando así sus efectos.
En el universo beauty, este activo se ha consolidado como un básico en cualquier rutina antiedad. Pero su alcance va mucho más allá de la piel: también contribuye al bienestar integral, lo que explica por qué lo encontramos tanto en cosmética tópica como en nutricosmética.
Beneficios del colágeno marino
El colágeno marino es un auténtico comodín para la belleza y la salud. Estos son algunos de sus beneficios más destacados:
- Mejora la firmeza y elasticidad de la piel: ayuda a rellenar arrugas desde dentro y aporta un aspecto más jugoso y joven.
- Fortalece el cabello y las uñas: estimula el crecimiento y previene la rotura gracias a la síntesis de queratina.
- Favorece la regeneración de tejidos: ideal para pieles maduras o dañadas, ya que acelera los procesos de reparación celular.
- Bueno para las articulaciones: al mantener los cartílagos más resistentes, ayuda a reducir molestias o rigidez.
- Aporta luminosidad: al mejorar la estructura dérmica, la piel luce más radiante y saludable.
Como explican nuestros expertos, “el colágeno marino no solo actúa como un suplemento estético, sino que también interviene en la salud global. Su efecto antioxidante y antiinflamatorio lo convierte en un aliado frente al envejecimiento prematuro”.
Propiedades clave del colágeno marino
El secreto del colágeno marino reside en su alto contenido de péptidos bioactivos y en su capacidad para estimular la producción natural de colágeno en el organismo. Esto significa que no solo aporta colágeno directamente, sino que también impulsa a nuestro cuerpo a generar más. “Una de las ventajas más notables del colágeno marino es que sus péptidos se integran rápidamente en la piel y tejidos conectivos, generando resultados visibles en menos tiempo que otras fuentes”; añaden.
Entre sus propiedades más interesantes destacan:
- Alta biodisponibilidad: se absorbe de manera más eficiente que otras fuentes como la bovina o porcina.
- Acción antioxidante: protege frente al daño oxidativo causado por radicales libres.
- Es versátil: puede ingerirse en polvo, cápsulas o líquidos, y también aplicarse en productos tópicos como cremas y sérums.
Cómo incorporarlo en tu rutina
Lo mejor del colágeno marino es que puedes adaptarlo a tu estilo de vida de diferentes formas:
- En suplementos: en polvo soluble para añadir a cafés, batidos o simplemente agua, o en cápsulas para mayor comodidad.
- En cosmética tópica: sérums y cremas que combinan colágeno marino con otros activos como ácido hialurónico o vitamina C.
- En nutricosmética avanzada: ampollas bebibles que combinan péptidos de colágeno con antioxidantes y minerales.
Eso sí, como recuerdan nuestros expertos, “para obtener resultados visibles es importante mantener la constancia. El colágeno marino no es un tratamiento exprés. Se necesitan al menos de 8 a 12 semanas de uso continuado para notar mejoras en la piel y articulaciones”.
