Los ejercicios hipopresivos son una técnica de entrenamiento basada en la respiración y la postura. A diferencia de los abdominales tradicionales, no implican contracciones directas del abdomen, sino que buscan reducir la presión en la zona abdominal, torácica y pélvica.
Se desarrollaron en el ámbito de la fisioterapia uroginecológica, sobre todo para mujeres en posparto, pero hoy se utilizan en muchos contextos: desde personas con problemas de espalda hasta quienes buscan mejorar su postura o aliviar la sensación de abdomen inflamado.
La base de los hipopresivos es el control de la respiración: tras una exhalación profunda, se realiza una apnea (una pausa sin aire) y se lleva el abdomen hacia dentro y hacia arriba, como si “aspiraras” el ombligo. Esta activación mejora el tono muscular profundo sin presión excesiva.
Cómo ayudan con la hinchazón abdominal
La hinchazón abdominal no siempre tiene que ver con la comida. Muchas veces está relacionada con una mala postura, un abdomen poco tonificado o una respiración ineficiente. Y en esos casos, los hipopresivos pueden marcar la diferencia.
Por un lado, mejoran la movilidad del diafragma, lo que favorece una mejor digestión y circulación de los gases intestinales. Al movilizar el abdomen desde dentro, también se estimula el tránsito intestinal, algo clave si el estreñimiento está detrás de esa inflamación constante.
Por otro, ayudan a reducir la presión interna del abdomen. Esto alivia la sensación de “vientre duro” que aparece después de las comidas o durante el ciclo menstrual, cuando la musculatura está más sensible.
Además, al fortalecer el transverso abdominal —el músculo más profundo del core—, los hipopresivos ayudan a que el vientre se mantenga más plano y recogido. No es una solución instantánea, pero sí eficaz si se practica con constancia.
Otros beneficios que quizás no sabías
Además de reducir la hinchazón, los ejercicios hipopresivos tienen otros efectos positivos:
- Mejoran la postura, especialmente en personas que pasan muchas horas sentadas o frente al ordenador.
- Fortalecen el suelo pélvico, algo especialmente útil para mujeres tras el parto o con pequeñas pérdidas de orina.
- Reducen el dolor de espalda, al trabajar la musculatura estabilizadora sin generar presión.
- Mejoran la conciencia corporal, porque requieren concentración y control del cuerpo.
¿Cuándo hacerlos y con qué frecuencia?
No necesitas una hora entera ni una clase de yoga previa. Puedes empezar con sesiones de 10-15 minutos, tres veces por semana. Lo más importante es aprender la técnica correctamente, por lo que si nunca los has hecho, se recomienda acudir a un fisioterapeuta especializado o seguir vídeos de profesionales certificados.
Lo ideal es hacerlos en ayunas o al menos con el estómago vacío, ya que así la activación es más eficaz y no molesta.
Ten cuidado también
Aunque es una técnica segura, no está recomendada en todos los casos. Si estás embarazada, tienes hipertensión no controlada, hernias o problemas respiratorios importantes, debes consultarlo antes con tu médico.
También es importante recordar que no sustituyen el ejercicio tradicional ni una buena alimentación. Son un complemento, especialmente útil en ciertas etapas o para ciertas necesidades.
