Durante un tratamiento de quimioterapia, el cuerpo atraviesa muchos cambios. La energía disminuye, el sistema inmunológico se debilita y las ganas, en muchos casos, desaparecen. Pero esto no significa que haya que dejar de moverse. De hecho, la actividad física, siempre adaptada y supervisada, puede ser una aliada importante durante el proceso oncológico.
Mantenerse activo no implica seguir una rutina intensa de gimnasio. Caminar, hacer estiramientos suaves, practicar yoga o realizar ejercicios respiratorios también cuentan. Lo importante es entender que el movimiento, en cualquiera de sus formas, puede marcar una diferencia real en el bienestar físico y emocional del paciente.
¿Es seguro hacer ejercicio durante la quimioterapia?
Sí, pero con condiciones. El ejercicio físico puede ayudar a reducir algunos efectos secundarios del tratamiento, como la fatiga, los trastornos del sueño o el dolor muscular. También mejora el estado de ánimo y refuerza la sensación de control sobre el propio cuerpo, algo que muchas personas sienten que pierden durante la quimioterapia.
Eso sí, hazlo consulta siempre con UN PROFESIONAL y ten en cuenta que no todos los días serán iguales. Habrá días en los que el cuerpo simplemente no responda, y eso también es normal. Escuchar al cuerpo es parte fundamental del proceso. Si hay fiebre, mareos o dolor intenso, es mejor descansar. Pero cuando se tiene energía, incluso una caminata de 15 minutos puede marcar la diferencia.
Beneficios del ejercicio adaptado durante la quimioterapia
Varios estudios han demostrado que el ejercicio regular, aunque sea moderado, puede mejorar la calidad de vida de las personas que están recibiendo quimioterapia. Entre los beneficios más destacados están:
- Reduce la fatiga crónica.
- Mejora el estado anímico y reducción del estrés.
- Mantiene la fuerza y la masa muscular.
- Mejora el sueño y el apetito.
- Reduce las náuseas y mejora el tránsito intestinal.
El tipo de ejercicio dependerá del estado general del paciente, del tipo de cáncer y del tratamiento que esté recibiendo. Por eso, lo ideal es contar con el apoyo de un equipo médico o un fisioterapeuta especializado en oncología.
¿Qué ejercicios se recomiendan?
Durante la quimioterapia, los ejercicios más indicados son los de bajo impacto y que no requieran un gran esfuerzo. Por ejemplo:
- Caminatas suaves al aire libre
- Bicicleta estática con resistencia baja
- Yoga terapéutico o pilates adaptado
- Ejercicios de movilidad articular
- Respiración consciente y meditación guiada
Es fundamental mantener una correcta hidratación y realizar los ejercicios en ambientes ventilados y seguros. También es importante no exigir al cuerpo más de lo que puede dar en cada momento.
¿Y después del tratamiento?
Una vez terminada la quimioterapia, el ejercicio sigue siendo importante para recuperar fuerza, movilidad y energía. El cuerpo necesita tiempo para sanar y recuperar lo perdido, pero seguir una rutina progresiva y controlada puede acelerar este proceso.
El acompañamiento profesional sigue siendo clave: entrenadores personales con experiencia en pacientes oncológicos, fisioterapeutas y nutricionistas deberían formar parte de ese camino hacia la recuperación completa.
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