Durante un tratamiento de quimioterapia, todo el cuerpo se ve afectado, incluida la piel. Los efectos secundarios en la epidermis pueden variar de una persona a otra, pero hay un punto en común: la piel se vuelve más frágil, más seca y más vulnerable a las agresiones externas. Entre ellas, la exposición solar. Por eso, la fotoprotección no solo es recomendable, sino IMPRESCINDIBLE en esta etapa.
Evitar el sol no significa vivir encerrados, pero sí requiere ciertos cuidados adicionales. La quimioterapia puede aumentar la fotosensibilidad de la piel, es decir, su capacidad de reaccionar de forma exagerada a los rayos UV. Esto se traduce en mayor riesgo de quemaduras, manchas, enrojecimiento, irritación o incluso reacciones alérgicas cutáneas. Y, una vez finalizado el tratamiento, la piel sigue necesitando protección continua durante los meses posteriores.
¿Por qué es tan importante proteger la piel?
Una piel bajo quimioterapia pierde parte de su capacidad natural para regenerarse y defenderse. Al estar más fina y seca, cualquier estímulo externo —incluido el sol— puede producir daños más evidentes y duraderos. De hecho, los especialistas recomiendan evitar la exposición directa en horas de máxima radiación, y usar protector solar a diario, incluso si no se va a la playa. Durante y después de la quimio, la piel puede experimentar cambios estructurales. Se vuelve más reactiva y fotosensible. Usar protector solar de amplio espectro no es opcional, es una necesidad.
Además, el uso de ciertos medicamentos puede provocar lo que se conoce como fototoxicidad, una reacción exagerada de la piel al sol, similar a una quemadura grave. Esto puede dejar marcas o manchas difíciles de tratar. Por eso, proteger la piel con un fotoprotector específico y evitar la exposición prolongada es clave.
¿Qué tipo de protector solar es recomendable?
Los fotoprotectores ideales durante un tratamiento de quimioterapia deben tener algunas características específicas:
- Alta protección: mínimo SPF 50+, y que incluya protección UVA y UVB.
- Textura ligera pero hidratante: que no irrite, ni deje sensación grasa.
- Fórmulas hipoalergénicas: sin perfumes, sin alcohol y con ingredientes calmantes.
- Aptos para pieles sensibles o reactivas: ideal si han sido testados dermatológicamente en pieles bajo tratamientos médicos.
- También es recomendable reaplicar cada dos horas si hay exposición directa al sol, y optar por ropa que proteja del sol, sombreros o gafas de sol como complemento a la crema.
¿Y después del tratamiento?
Una vez finalizada la quimioterapia, la piel necesita tiempo para recuperar su equilibrio. Aun así, no es momento de relajar los cuidados. Las alteraciones cutáneas pueden persistir semanas o incluso meses, y seguir usando protección solar es crucial para evitar hiperpigmentaciones, aparición de manchas o nuevas sensibilidades.
Además, muchos pacientes retoman la actividad normal justo después del tratamiento, lo que puede implicar más tiempo al aire libre. Incorporar el protector solar como parte fija de la rutina diaria (igual que se aplica una crema hidratante o un sérum) es el paso más sencillo y eficaz para evitar consecuencias a largo plazo.
La protección solar debería formar parte de la rutina facial y corporal durante todo el año, pero aún más en pacientes que han pasado por tratamientos oncológicos. La piel recuerda, y prevenir es siempre más sencillo que tratar una lesión cutánea.
Dos buenas cremas solares si estás en quimioterapia
Waterlover Milky Sun Spray Leche Solar SPF 50 de Biotherm
Spray de leche solar con una fórmula multi-resistente para proteger tu piel de los daños de los rayos UV Formulado con la exclusiva tecnología Netlock, que ofrece resistencia al agua y a la arena, mientras protege tu piel de los daños del sol.
Crema Solar Juventud Muy Alta Protección SPF 50+ de Clarins
Una crema para el rostro SPF 50+ hidratante con una textura fina y fundente que ofrece un tacto seco con acabado mate. Es resistente al agua y no irrita los ojos.
Su combinación de filtros solares ofrece una protección de amplio espectro contra los rayos UVA/UVB y previene la aparición de manchas.
El extracto de cacao bio ayuda a estimular la hidratación de la piel y posee propiedades reafirmantes para ofrecer un cuidado antiarrugas.
El derivado de vitamina E, con propiedades antioxidantes, ayuda a proteger la piel de los efectos de los radicales libres.
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