El acné quístico no es el típico granito que aparece antes de la regla o tras un día de estrés. Es un problema dermatológico más complejo, más doloroso y con mayor impacto, tanto en la piel como a nivel emocional. Aparece en capas profundas de la piel, puede dejar marcas y necesita tratamiento específico. Si estás lidiando con este tipo de acné, o sospechas que podrías tenerlo, en este artículo de Primor te explicamos todo lo que necesitas saber.
¿Qué es el acné quístico?
El acné quístico es una forma severa de acné inflamatorio. Se caracteriza por la aparición de nódulos o quistes en capas profundas de la piel. Estas lesiones suelen ser grandes, rojas, dolorosas y pueden durar semanas. A diferencia del acné leve, que se presenta en forma de puntos negros o espinillas, este tipo forma bultos internos con pus que rara vez salen a la superficie.
Suele localizarse en la zona del rostro (especialmente mandíbula, mejillas y mentón), pero también puede aparecer en la espalda, pecho o cuello.
¿Por qué aparece?
El origen es multifactorial. Estas son las causas más habituales:
- Desequilibrios hormonales. Es uno de los principales detonantes. Por eso, el acné quístico es frecuente en adolescentes, mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP), durante el ciclo menstrual, el embarazo o al dejar ciertos anticonceptivos.
- Predisposición genética. Si tus padres han tenido acné severo, es más probable que tú también lo desarrolles.
- Exceso de sebo y obstrucción de poros. La piel produce más grasa de lo normal, lo que facilita que se formen tapones en los folículos. Esto crea el ambiente perfecto para que las bacterias proliferen.
- Estrés. El cortisol elevado puede empeorar el cuadro inflamatorio y hacer que las lesiones aparezcan o se agraven.
- Mala higiene o uso de productos comedogénicos. Aunque no es la causa principal, usar productos inadecuados o no limpiar la piel correctamente puede empeorar la situación.
¿Cómo se trata el acné quístico?
Este tipo de acné no debe tratarse como el acné común. Usar exfoliantes agresivos o intentar extraer los quistes en casa solo empeora el problema. El tratamiento debe ser supervisado por un dermatólogo. Las opciones más habituales son:
1/ Tratamiento oral
- Isotretinoína (Roacután): es el tratamiento más eficaz, aunque requiere seguimiento médico por sus posibles efectos secundarios.
- Anticonceptivos hormonales: pueden ayudar a regular el acné en mujeres con desequilibrio hormonal.
- Antibióticos orales: reducen la inflamación y la carga bacteriana. Su uso debe ser temporal y controlado.
2/ Tratamiento tópico
- Retinoides tópicos: ayudan a prevenir la formación de nuevos quistes.
- Antibióticos en crema o gel: para tratar infecciones leves.
- Ácido azelaico o peróxido de benzoilo: tienen acción antiinflamatoria y antibacteriana.
3/ Otros procedimientos
- Limpiezas dermatológicas profesionales (no estéticas).
- Infiltraciones con corticoides para reducir nódulos concretos.
- Láser o luz pulsada intensa para mejorar cicatrices y lesiones activas.
¿Qué hacer en casa?
Aunque el tratamiento debe ser médico, hay cuidados básicos que puedes seguir:
- Limpia tu piel dos veces al día con un limpiador suave.
- Usa productos no comedogénicos.
- No toques ni manipules los quistes.
- Usa protección solar todos los días para evitar manchas.
- Mantén una rutina constante y evita cambios bruscos.
¿Puede dejar marcas?
Sí. El acné quístico tiene más riesgo de dejar cicatrices atróficas (hoyuelos) o manchas postinflamatorias. Por eso es importante actuar cuanto antes. Tratarlo a tiempo no solo mejora el aspecto actual de la piel, sino que evita daños a largo plazo.
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