El sulfato ferroso es uno de los suplementos de hierro más utilizados en todo el mundo. Lo recetan médicos, lo recomiendan farmacéuticos y lo ves en fórmulas vitamínicas para combatir el cansancio o prevenir la anemia. Pero no todo el mundo sabe realmente para qué sirve, cómo se toma o cuándo es necesario.
Si te han recomendado hierro o sientes que podrías necesitar un refuerzo, en este artículo de Primor te dejamos todo lo que necesitas saber sobre el sulfato ferroso.
¿Qué es el sulfato ferroso?
El sulfato ferroso es una forma de hierro inorgánico que se utiliza como suplemento nutricional. Se presenta habitualmente en forma de comprimidos, cápsulas o soluciones orales. Su función principal es aportar hierro al organismo en casos de carencia o mayor necesidad.
El hierro es un mineral esencial. Lo necesitas para producir hemoglobina, la proteína que transporta oxígeno en la sangre. Cuando no tienes suficiente, te sientes cansada, sin energía y con menos concentración.
¿Para qué sirve el sulfato ferroso?
1/ Tratar la anemia ferropénica
Es su uso más común. La anemia ferropénica es un tipo de anemia causada por déficit de hierro. Afecta a la producción de glóbulos rojos y a la capacidad del cuerpo de transportar oxígeno.
El sulfato ferroso ayuda a restablecer los niveles normales de hierro en sangre y a mejorar los síntomas asociados: fatiga, debilidad, palidez, mareos o sensación de falta de aire.
2/ Prevenir carencias en personas con riesgo
Hay situaciones donde la necesidad de hierro aumenta:
- Embarazo
- Lactancia
- Menstruaciones abundantes
- Dietas vegetarianas o veganas
- Trastornos digestivos que afectan la absorción
En estos casos, el sulfato ferroso puede utilizarse como prevención, siempre bajo indicación médica o nutricional.
3/ Reponer hierro tras una pérdida sanguínea
Si has pasado por una cirugía, una donación frecuente de sangre o una hemorragia digestiva, es posible que necesites una suplementación puntual para recuperarte correctamente.
¿Cómo se toma?
- Se recomienda tomarlo con el estómago vacío para mejorar su absorción, aunque si genera molestias gástricas, puede tomarse con algo de comida ligera.
- La vitamina C mejora la absorción del hierro. Tomarlo con zumo de naranja o en combinación con esta vitamina es buena idea.
- Evita tomarlo junto con lácteos, café, té o alimentos ricos en calcio en la misma comida, ya que reducen su eficacia.
La dosis depende del grado de carencia. Nunca se debe ajustar por cuenta propia sin control médico o farmacéutico.
¿Qué efectos secundarios puede tener?
El sulfato ferroso es eficaz, pero también puede generar molestias en algunas personas:
- Náuseas
- Dolor de estómago
- Estreñimiento
- Heces oscuras (es normal)
Para reducir estos efectos, se recomienda empezar con una dosis baja e ir subiendo. También puede cambiarse a otras formas de hierro si hay intolerancia.
¿Cuánto tiempo se toma?
- Para tratar anemia: mínimo 3 meses, o hasta que se normalicen los valores.
- Para prevención: según recomendación profesional.
Es importante no abandonar el tratamiento antes de tiempo, incluso si los síntomas mejoran rápido. El cuerpo necesita reponer reservas, no solo resolver el déficit inmediato.
A tener en cuenta
No se debe tomar sulfato ferroso sin diagnóstico. Un exceso de hierro puede acumularse en el cuerpo y ser tóxico. Evítalo si tienes:
- Hemocromatosis
- Anemias no ferropénicas
- Enfermedades hepáticas activas
- Alergia a compuestos de hierro
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