El término skin fasting hace referencia a una práctica cada vez más popular en el mundo del cuidado facial. Consiste en reducir temporalmente o eliminar por completo el uso de productos cosméticos para permitir que la piel “se regule por sí sola”. Aunque la idea puede generar dudas, es un enfoque que, bien aplicado, puede ayudar a entender mejor las necesidades reales de tu piel y reducir la sobreestimulación cosmética.
En este artículo de Primor te explicamos qué es exactamente el skin fasting, cuándo puede ser útil, cómo hacerlo de forma segura y cuáles son los errores más comunes a evitar.
¿Qué es el skin fasting?
El skin fasting es una pausa estratégica en la rutina de cuidado facial. Implica reducir al mínimo o suspender el uso de cosméticos como sueros, cremas, tónicos o exfoliantes durante un periodo determinado. La finalidad es observar cómo responde la piel sin estímulos externos y permitir que recupere su equilibrio natural.
Esta práctica no tiene como objetivo “curar” la piel, sino reducir el exceso de producto, dar un respiro a la barrera cutánea y evitar la saturación de activos.
¿Para qué sirve?
El skin fasting puede ser útil para:
- Observar reacciones reales sin interferencias externas.
- Restaurar la función barrera si la piel está sensibilizada.
- Reducir brotes por sobreexfoliación o exceso de ingredientes.
- Replantear una rutina que no está funcionando correctamente.
- Minimizar la dependencia a activos como los ácidos o la vitamina C.
¿Cuándo es buena idea hacerlo?
- Piel sensibilizada por el uso excesivo de cosméticos activos.
- Períodos de descanso, como vacaciones o fines de semana sin maquillaje.
- Transiciones estacionales, cuando la piel cambia de necesidades.
- Reacciones inesperadas, cuando no identificas qué producto ha causado un problema.
No se recomienda para pieles con patologías como acné severo, rosácea activa o dermatitis, salvo indicación médica. En esos casos, la supervisión de un dermatólogo es esencial.
¿Cómo hacer skin fasting de forma correcta?
- No se trata de “no hacer nada”. El skin fasting no implica dejar de lavar la cara. La higiene es esencial. Usa un limpiador suave, sin sulfatos, que no altere el pH ni dañe la barrera cutánea.
- Mínimos imprescindibles. Durante el ayuno, puedes limitarte a:
- Limpiador suave (mañana y noche)
- Protección solar (durante el día)
- Agua termal o bruma hidratante (si lo necesitas)
- Duración recomendada. No hay un estándar. Puede hacerse desde 24 horas hasta una semana. Para empezar, 2 o 3 días pueden ser suficientes para observar cambios.
- Evita exfoliantes y tratamientos intensivos. Durante estos días no uses exfoliantes físicos o químicos, ni productos con retinol, ácidos o vitamina C. Tampoco mascarillas intensivas. El objetivo es descansar, no provocar más estrés.
- Escucha tu piel. Observa si mejora la textura, si hay menos rojeces, si se regula la producción de sebo o si disminuyen los brotes. Esta observación te ayudará a ajustar mejor tu rutina posterior.
¿Qué hacer después del skin fasting?
La reintroducción debe ser gradual. No vuelvas de golpe a una rutina con cinco sueros. Añade un producto cada 2 o 3 días y observa la respuesta de la piel. Empieza por un hidratante básico o un sérum calmante. Luego, si lo necesitas, reintroduce activos más potentes.
Este periodo también es una oportunidad para simplificar la rutina y mantener solo lo que realmente funciona.
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