El verano no está hecho para contar calorías. Está hecho para contar chapuzones, carcajadas y cucharadas. Porque sí, se puede comer rico, fresco y saludable sin renunciar al placer. Sin prohibirte lo dulce. Sin castigar tu cuerpo. Hoy, en este artículo de Primor, te traemos cinco postres de verano saludables y muy fresquitos. Recetas simples, llenas de sabor, que cuidan de ti por dentro y por fuera. Porque la belleza también empieza en lo que eliges darte. Y créeme, mereces dulzura.
Cinco postres de verano saludables y muy fresquitos
1/ Helado cremoso de plátano y cacao (sin azúcar, sin culpa)
Este es el clásico que nunca falla. Dos ingredientes, cero complicaciones. Solo necesitas plátanos maduros (cuanto más, mejor) y un poco de cacao puro. Lo congelas, lo trituras, y voilà: helado casero cremoso, rico en potasio, fibra y felicidad.
- ¿Cómo hacerlo? Corta los plátanos en rodajas, congélalos al menos 4 horas. Luego, tritúralos con una cucharada de cacao puro. Puedes añadir un toque de canela o crema de cacahuete si te apetece más rock and roll. Ideal para noches de verano y meriendas con risa.
2/ Yogur helado con frutas de temporada
El yogur natural es el básico que lo aguanta todo. Rico en probióticos, cremoso y suave, es la base perfecta para un postre veraniego que parece sacado de una cafetería de Pinterest. Y si le sumas fruta fresca... se convierte en pura poesía.
- ¿Cómo prepararlo? Mezcla yogur natural (puede ser griego si lo prefieres más denso) con trocitos de melocotón, cerezas o sandía. Añade semillas de chía, un chorrito de miel y congela en moldes pequeños. También puedes servirlo frío al instante si no tienes paciencia. Queda igual de bien.
3/ Sorbete de mango con lima y menta
Este postre es como unas vacaciones tropicales servidas en un cuenco. El mango, además de delicioso, es rico en vitamina A y antioxidantes. Y si lo combinas con lima y menta, la mezcla es refrescante, explosiva y adictiva (en el mejor sentido).
- ¿Cómo se hace? Tritura mango congelado con un poco de zumo de lima y hojas de menta fresca. Sirve al momento, con una cucharita bonita y una sonrisa. No necesita azúcar. La fruta ya lo hace todo.
4/ Copas de chía con leche vegetal y frutos rojos
Las semillas de chía son un pequeño milagro nutricional: fibra, omega 3, proteína vegetal. Al hidratarlas, se convierten en una textura tipo pudin que puedes tunear como quieras. Y sí, además de sanísimo, está buenísimo.
- Receta rápida: mezcla 3 cucharadas de chía con 1 taza de leche vegetal (almendra, coco, avena…). Deja reposar en la nevera al menos 4 horas. Luego, añade un puñado de frutos rojos, un toque de vainilla y, si quieres, unas almendras laminadas. Desayuno, postre o cena ligera con sabor a spa.
5/ Granizado casero de sandía y fresas
No hay verano sin granizado. Pero olvida el azúcar industrial. Este lo haces tú, con solo fruta y amor. Refrescante, ligero y tan bonito que dan ganas de hacerle una foto antes de probarlo.
- ¿Cómo prepararlo? Congela sandía y fresas en trozos. Tritura todo junto con unas hojas de hierbabuena y un chorrito de limón. Sirve en vaso alto con cuchara. Es ideal para combatir las olas de calor... y los bajones de energía.
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