Llevas semanas viéndolo en redes sociales, en stories de tus influencers favoritas y, probablemente, en la sección saludable de tu supermercado: el Ginger Shot o chupito de jengibre se ha convertido en el nuevo ritual mañanero de quienes apuestan por un estilo de vida más consciente, activo y equilibrado. Pero, ¿de verdad es tan bueno como parece? ¿Y lo puedes hacer tú en casa sin complicarte la vida? Spoiler: sí, y te contamos todo lo que necesitas saber.
El Ginger Shot es exactamente lo que parece: un pequeño pero potente chupito líquido a base de jengibre fresco que se toma en ayunas o al comenzar el día. Aunque su tamaño es mini, su impacto en el cuerpo es maxi. Este concentrado natural estimula el sistema inmune, activa la digestión, mejora la circulación y, según muchos, te despierta más rápido que un café bien cargado. Es el típico ritual que parece sencillo, pero tiene detrás siglos de tradición y toneladas de beneficios.
¿Por qué es tan efectivo?
El jengibre es una raíz milenaria usada en la medicina tradicional china e india por su potente poder antiinflamatorio, antioxidante y digestivo. Contiene gingerol, un compuesto bioactivo que no solo da ese sabor picante y característico, sino que también reduce la inflamación, combate los radicales libres y estimula el sistema inmunológico.
Tomar un chupito de jengibre cada mañana puede ayudarte a:
- Reforzar las defensas: especialmente útil en temporadas de resfriados, alergias o cambios de temperatura.
- Aumentar la energía: es un estimulante natural que activa el metabolismo.
- Favorecer la digestión: ayuda a prevenir la hinchazón y mejora el tránsito intestinal.
- Combatir las náuseas: ideal en viajes, en el embarazo (consultando antes con tu médico) o en días de malestar digestivo.
- Mejorar el estado de la piel: su acción antioxidante ayuda a mantener el cutis más limpio, luminoso y joven.
Y lo mejor de todo: no necesitas comprarlo hecho (aunque en Primor encontrarás opciones listas para tomar si vas con prisa), puedes prepararlo en casa en 5 minutos con ingredientes básicos y sin complicaciones.
Cómo preparar un Ginger Shot o chupito de jengibre casero
Ingredientes para una dosis (puedes multiplicar cantidades y guardar en la nevera hasta 3 días):
- 1 trozo de jengibre fresco pelado (unos 5 cm)
- Zumo de 1 limón
- 1 cucharadita de cúrcuma (opcional, potencia el efecto antiinflamatorio.
- 1 pizca de pimienta negra (ayuda a absorber mejor la cúrcuma)
- 1 cucharadita de miel (opcional, para suavizar el sabor)
- Un chorrito de agua
Preparación:
- Pela el jengibre y rállalo o córtalo en trozos pequeños.
- Exprime el limón y mézclalo con el jengibre.
- Añade la cúrcuma, la pimienta, la miel y el chorrito de agua.
- Tritura todo con una batidora o procesador hasta que quede una mezcla líquida.
- Cuela la mezcla (opcional si prefieres textura más fina).
- ¡Listo! Tómalo en ayunas o como parte de tu desayuno.
- Tip de experta: si el sabor te resulta demasiado fuerte, puedes suavizarlo con un poco de zumo de naranja o manzana. Sigue siendo eficaz y entra mejor.
¿Tiene contraindicaciones?
Como todo, el Ginger Shot es saludable en su justa medida. No es mágico ni sustituye una alimentación equilibrada, pero es un gran complemento. Evítalo si tienes problemas de estómago (como úlceras o gastritis severa) o estás tomando medicación anticoagulante, ya que el jengibre puede interactuar con algunos fármacos. Y si estás embarazada o en periodo de lactancia, consulta siempre a tu médico antes de incorporarlo a tu rutina.
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