Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que incluyen una batería encargada de calentar el líquido depositado en el interior de estos productos para generar aerosoles de diminutas partículas (vapor). Muchos comercios diferencian entre cigarrillos electrónicos y vapeadores atendiendo a su forma y estética. Ya que los primeros imitan la forma de un cigarro convencional mientras que los segundos cuentan con una boquilla y un atomizador.
Dejando a un lado las diferencias estéticas, ambos productos poseen el mismo funcionamiento y finalidad. No llevan tabaco, pero sí pueden contener grandes cantidades de nicotina.
Los expertos señalan que tanto el vapeo como el consumo de cigarrillos tienen efectos nocivos para nuestra salud. El consumo de vapeadores es una alternativa al tabaco que se ha hecho muy popular entre la población jóven. Y aunque las pruebas con las que contamos en la actualidad sugieren que fumar es más nocivo que vapear, no tenemos todos los datos que garanticen que el vapeo no sea igualmente perjudicial para la salud.
Los líquidos presentes en el interior de los cigarrillos electrónicos están compuestos a base de sustancias químicas de las que se desconoce el nivel exacto de toxicidad. Además, muchos de estos productos contienen grandes dosis de nicotina. Y aunque estos niveles son inferiores a los presentes en los cigarrillos, no se recomienda abusar de su consumo.
Para disfrutar de vapear de forma segura es importante atender a la técnica que empleamos. Los expertos nos recomiendan realizar una calada larga y suave, entre 4 y 5 segundos. Debemos retener el vapor en nuestra boca para disfrutar del sabor y absorber la nicotina (si la tiene) y posteriormente expulsarlo de forma suave por la boca.
Algunos fabricantes recomiendan la técnica “calada a pulmón” que consta de llevar el vapor a los pulmones mediante una fuerte calada. No obstante, los expertos desaconsejan este método. A diferencia de los cigarros convencionales, los aerosoles de los vapeadores no deben llegar al pulmón para evitar daños y efectos nocivos en la salud.
No existe una regla que nos indique el número ideal de vapeos que podemos realizar en un día. Sin embargo, los expertos nos señalan algunos consejos para vapear de forma segura. Es importante recordar que estos parámetros dependerán tanto de si tu vapeador tiene o no nicotina como de tu situación personal.
Si vapeamos demasiadas veces al día podemos padecer dolor de garganta, mareos e incluso náuseas. Un cigarrillo equivale a 10-20 caladas de un vapeador. Por lo que un usuario promedio no debería vapear más de 100 caladas al día.
La principal diferencia entre fumar y vapear está en la forma en la que inhalamos el humo o el vapor. Normalmente, al usar vapeadores no llevamos los aerosoles a nuestros pulmones sino que los mantenemos en la boca. Los cigarrillos electrónicos pueden llevar o no nicotina mientras que en el tabaco siempre está presente. Y a pesar de que ambos productos son nocivos para la salud, el tabaco posee una mayor número de sustancias tóxicas y cancerígenas.
Los expertos aún están estudiando los efectos a largo plazo de los cigarrillos electrónicos. No obstante, algunas de las investigaciones que estudian los efectos a corto plazo han podido establecer algunas conclusiones. Estudios recientes señalan que vapear hace que los pulmones sean menos eficientes a la hora de limpiar la mucosidad. Un problema que puede desembocar en infecciones en el tracto respiratorio.
Este hecho no se manifiesta en todos los consumidores de cigarrillos electrónicos. Es más frecuente en las personas propensas a padecer molestias pulmonares, asmáticos y quienes presentan problemas autoinmunes.
Un vapeador desechable suele tener entre 0 mg y 20 mg de nicotina. Las leyes europeas prohíben exceder estas cantidades. La nicotina presente en los e-líquidos suele ser en forma de sales, por lo que su nivel de alcalinidad es menor y suele ser más estable. Esto posibilita caladas más suaves y menos molestias de garganta.