El cabello se daña (y mucho) con el cloro de las piscinas, el agua del mar o con las largas jornadas de exposición al sol. Si protegemos nuestra cara y cuerpo con protección solar, ¿Por qué no proteger nuestro cabello? Si no queremos sacrificar nuestra súper melena después del verano, lo mejor será utilizar productos de cuidado solar para el cabello.