Secar la ropa en invierno puede convertirse en un verdadero desafío. El frío, la humedad ambiental y los días nublados hacen que las prendas tarden horas —o incluso días— en secarse por completo. Y si vives en un piso pequeño, sin balcón o sin acceso a exteriores, la odisea es doble: el tendedero ocupa medio salón y la ropa empieza a oler a humedad mucho antes de que se seque.
Pero aquí viene la buena noticia: existe un truco sencillo, eficaz y perfecto para los meses fríos. Un truco que no requiere electrodomésticos caros ni soluciones rebuscadas. Y lo mejor de todo, funciona siempre, incluso cuando el clima no colabora.
Hoy, en el blog de Primor, te contamos cuál es ese truco y cómo combinarlo con pequeños gestos que harán que tu ropa esté lista en mucho menos tiempo.
El truco definitivo: una toalla seca en la secadora… o en el tendedero
Sí, así de simple. Una toalla seca puede acelerar el secado de la ropa de forma sorprendente. Y puedes usar este truco tanto si tienes secadora como si solo usas el tendedero.
Si tienes secadora
Introduce la carga húmeda como siempre y añade una toalla completamente seca. La toalla absorberá parte de la humedad durante los primeros minutos del ciclo, haciendo que la secadora trabaje menos tiempo.
Si NO tienes secadora
Extiende la ropa en el tendedero como siempre y coloca una toalla seca debajo, cubriendo la superficie del tendal. La toalla absorberá el exceso de humedad del ambiente que queda atrapado bajo las prendas y evitará que se “empapen” de su propia condensación.
Si vives en un sitio muy frío o húmedo, cambia la toalla cada varias horas. Notarás la diferencia desde el primer uso.
Otros trucos que funcionan realmente en invierno
Aunque el truco de la toalla es el más eficaz, puedes combinarlo con estos gestos para obtener resultados aún mejores.
1/ Centrifuga al máximo (si el tejido lo permite)
A mayor centrifugado, menos agua retiene la prenda y menos tardará en secarse. Muchos tejidos soportan sin problema los 1200 o 1400 rpm. Para prendas delicadas, mantén un centrifugado más suave, pero hazlo siempre: incluso 800 rpm marcan la diferencia.
2/ Usa perchas para camisas y jerséis
Colgar la ropa en vertical permite que el aire circule mejor y evita que la prenda repose sobre sí misma, reteniendo humedad. Además, así necesitan menos plancha.
3/ Separa las prendas como si no se conocieran
Nada de colocar piezas una encima de otra. El aire necesita espacio para moverse. Mantén 3–5 cm de separación entre prenda y prenda. Parece poco, pero acelera notablemente el secado.
4/ Usa el truco del ventilador o del calefactor (con cabeza)
En días especialmente húmedos, apunta un ventilador hacia el tendedero. El movimiento del aire seca la ropa más rápido que el calor directo. Si usas calefactor, mantén distancia para evitar que las prendas se calienten en exceso o se estropeen.
5/ Seca en la habitación más cálida de la casa
Normalmente, el salón o la habitación donde más tiempo está la calefacción. Evita el baño si no tiene extractor o buena ventilación: es la estancia más húmeda de la casa.
6/ Usa un deshumidificador: el aliado silencioso
Si vives en una zona muy fría o con humedad alta, un deshumidificador puede reducir el tiempo de secado de horas a prácticamente la mitad. Baja la humedad ambiental, evita el olor a humedad y, como extra, mejora el ambiente de la casa.
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