¿Su objetivo? Que tu peinado dure mucho más tiempo. Desde su aparición en 1940, las lacas y fijadores se han convertido en todo un imprescindible dentro de los productos de cabello. Se utilizan como broche final en los salones de peluquería y también desde casa. Este tipo de tratamientos recubren la fibra capilar del cabello para fijar y que permanezca intacto en el acabado que desees. No apelmazan y son el as bajo la manga para conseguir un cabello bonito y con volumen.
