El mango no es solo una fruta que sabe a verano, a sol y a piel dorada. Tampoco es solo ese ingrediente jugoso que aparece en batidos, ensaladas tropicales o postres fresquitos. El mango es, en realidad, uno de los tesoros botánicos más versátiles que existen. Y en cosmética lleva años abriéndose paso, silencioso pero imparable, en fórmulas corporales y capilares que prometen suavidad, hidratación y ese aroma dulce y luminoso que nos transporta a vacaciones eternas.
Lo curioso es que muchos de sus usos siguen siendo desconocidos. Sabemos que huele de maravilla, pero no siempre sabemos por qué funciona tan bien ni cómo se obtiene exactamente. Hoy, en el blog de Primor, levantamos el velo tropical y te contamos los usos más sorprendentes del mango en cosmética.
Beneficios del mango en cosmética
1/ Manteca de mango: nutrición profunda con textura ligera
Quizá el ingrediente más importante derivado del mango sea su manteca, extraída del hueso del fruto. Es rica en ácidos grasos esenciales —como el ácido esteárico y el oleico—, que fortalecen la barrera cutánea y evitan la pérdida de hidratación.
Lo mejor es que, a diferencia de otras mantecas más densas (como la de karité), la manteca de mango tiene una textura más ligera y menos grasa. Se funde rápidamente con la piel y la deja suave, flexible y profundamente nutrida sin sensación pegajosa. Esto la convierte en un ingrediente ideal para cremas corporales, bálsamos labiales y mantecas capilares para puntas secas.
2/ Extracto de mango: luminosidad y suavidad instantánea
El extracto de mango —obtenido de la pulpa— es un ingrediente que aporta vitalidad a la piel gracias a su alto contenido en vitaminas A, C y E. Estas vitaminas son antioxidantes naturales capaces de combatir el estrés oxidativo, mejorar la luminosidad y suavizar la textura de la piel.
Este extracto también tiene azúcares y compuestos humectantes que ayudan a retener la humedad, por lo que es perfecto en mascarillas hidratantes y cremas faciales para piel apagada o deshidratada.
3/ Aceite de semilla de mango: aliado del cabello castigado
Las semillas de mango, además de producir manteca, pueden generar un aceite ligero y nutritivo ideal para tratamientos capilares. Este aceite ayuda a sellar las puntas abiertas, aportar brillo y suavizar el encrespamiento sin apelmazar.
En cabellos rizados o secos, es una auténtica maravilla: define el rizo, aporta flexibilidad y protege frente a la sequedad ambiental. También se usa en protectores térmicos naturales, ya que crea una película ligera que reduce el daño del calor.
4/ Mango como exfoliante natural (sí, también)
La piel del mango, al microsecarse, puede convertirse en un polvo exfoliante muy suave. Este subproducto poco conocido se emplea en exfoliantes corporales y faciales para eliminar células muertas sin dañar la piel.
Además de exfoliar, aporta antioxidantes y deja un aroma afrutado muy agradable. Es una alternativa natural a las microesferas sintéticas.
5/ Hidrolato de mango: frescor que calma
Otro derivado poco conocido es el hidrolato de mango, obtenido durante la destilación del fruto. Es una especie de agua aromática con propiedades calmantes y refrescantes.
Se utiliza en tónicos faciales, brumas corporales y sprays aftersun por su capacidad para revitalizar la piel, reducir la sensación de calor y aportar un frescor tropical sin perfumes intensos.
6/ Antioxidantes del mango: protección frente al envejecimiento
El mango es especialmente rico en antioxidantes como la quercetina, galato de epigalocatequina y mangiferina. Estos compuestos ayudan a proteger la piel del daño provocado por la contaminación, los radicales libres y el estrés ambiental.
Por eso, cada vez más marcas incluyen derivados del mango en cremas antiedad, sérums iluminadores y tratamientos reparadores. Su capacidad antioxidante ayuda a mantener la piel más firme, luminosa y uniforme.
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