La exfoliación facial es uno de esos pasos en la rutina de cuidado de la piel que genera tantas dudas como beneficios. Todos sabemos que ayuda a eliminar células muertas, a dejar la piel más luminosa y a potenciar la absorción de los cosméticos que aplicamos después. Pero la gran pregunta siempre es la misma: ¿cada cuánto tiempo deberíamos exfoliarnos la cara?. La respuesta, como casi todo en cosmética, depende de tu tipo de piel, del estado en el que se encuentre y del producto exfoliante que uses.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que exfoliarse no es lo mismo para todas las pieles. Una piel grasa con tendencia a los poros dilatados no tiene las mismas necesidades que una piel seca y delicada. Además, existen distintos tipos de exfoliantes —mecánicos, químicos o enzimáticos—, y cada uno de ellos está indicado para casos concretos. Excederse en la frecuencia puede acabar alterando la barrera cutánea, generando rojeces o incluso el efecto contrario: más grasa e imperfecciones.
Por eso, más allá de seguir un calendario fijo, es importante escuchar a tu piel y adaptarse a ella. En este artículo de Primor te contamos, de la mano de la evidencia dermatológica y con las declaraciones de nuestros expertos, cuál es la frecuencia de exfoliación más adecuada para cada tipo de piel.
Cada cuánto exfoliar la cara según tu tipo de piel
Piel grasa o mixta: entre 2 y 3 veces por semana
Las pieles con exceso de sebo tienden a acumular más impurezas y células muertas, lo que favorece la obstrucción de los poros y la aparición de puntos negros o acné. Para ellas, los exfoliantes químicos con ácido salicílico o glicólico son los más recomendados, ya que limpian en profundidad y ayudan a regular la producción de grasa.
“Una piel grasa puede tolerar exfoliaciones más frecuentes, incluso tres veces a la semana, siempre que se use un producto formulado para este tipo de piel. El exceso, sin embargo, puede provocar un efecto rebote de sebo”, añaden nuestros expertos
Piel seca: una vez cada 10 días
La piel seca tiene menos lípidos naturales, lo que la hace más sensible y propensa a la descamación. Aquí la clave está en no abusar de la exfoliación y elegir fórmulas suaves, preferiblemente enzimáticas o con partículas muy finas.
Eso sí, nuestros expertos advierten: “en piel seca, exfoliar demasiado puede debilitar la barrera cutánea y aumentar la sensación de tirantez. Lo ideal es hacerlo cada semana y media aproximadamente, y siempre acompañado de una crema nutritiva después”.
Piel sensible: una vez cada 15 días o incluso menos
Si tu piel se irrita con facilidad, tienes rosácea o tendencia a rojeces, la exfoliación debe hacerse con mucha precaución. Lo recomendable es optar por exfoliantes muy suaves, libres de fragancias, y espaciar mucho las aplicaciones. “Las pieles sensibles no deberían exfoliarse más de dos veces al mes. Incluso hay casos en los que basta con una sola vez, siempre vigilando cómo responde la piel tras el producto”.
Piel normal: una vez a la semana
La piel normal se encuentra en un equilibrio intermedio. En este caso, lo más habitual es exfoliar una vez por semana con productos suaves que aporten luminosidad sin alterar la barrera cutánea.“Exfoliar una vez a la semana es suficiente para mantener la piel fresca y receptiva a los cosméticos, sin caer en excesos”.
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