Las papillas son uno de los alimentos más importantes en el crecimiento del bebé. Entre los 4 y los 6 meses se comienza a incorporar sólidos en su alimentación, es entonces cuando las papillas son la mejor opción. Su equilibrada mezcla de cereales les aporta energía, vitaminas, fibra y minerales fundamentales para su correcto desarrollo.
Es crucial escoger siempre la papilla que mejor se adapte a la edad y las necesidades de nuestros pequeños. Además, se recomienda incorporarlas en su dieta paulatinamente para evitar que el cambio drástico de textura les genere rechazo.
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¡y despreocúpate!